Injertar cerezos es una práctica habitual y necesaria en el cultivo de las cerezas. Su realización es precisa para la obtención y adaptación de ciertas variedades. En este post te dejamos algunas nociones básicas que debes conocer antes de injertar tu cerezo. Si ya eres un profesional en el cuidado y la poda de tu árbol, es el momento de aprender a injertar cerezos.

Por qué injertar cerezos

La injerta del cerezo se practica fundamentalmente con dos finalidades. La primera, lograr que un determinado árbol adquiera fuerza y resistencia en unas condiciones de suelo poco propicias. La segunda, asegurar la producción de una variedad de cereza con un sabor y unas características concretas. A causa de la polinización cruzada, la plantación de una variedad de cerezo no puede garantizar que el nuevo árbol herede las mismas características de las semillas. Por ello, injertar cerezos permite conocer de antemano las características del fruto antes de su recolección.

Elegir patrón e injerto

Para realizar un injerto debes elegir cuidadosamente tanto el patrón como la rama o yema que vayas a injertar. El patrón o plantón es quien aporta al nuevo árbol sus raíces y su adaptación al suelo y al clima. El patrón debe estar plantado en un lugar aireado y soleado, y debe ser sano y resistente. Por otra parte, la variedad injertada debe provenir de un árbol también sano y que tenga las características del fruto que deseamos. De él dependerá el color, sabor, tamaño y forma del nuevo fruto.

En muchos casos, los árboles frutales de las mismas familias pueden injertarse entre ellos. Sin embargo, el cerezo únicamente se puede injertar con otra variedad de cerezo, o bien con un guindo. Pese a todo, la probabilidad de éxito a la hora de injertar cerezos es superior a la de otras muchas variedades.

Cuándo y cómo injertar cerezos

Depende del tipo de injerto que vayas a realizar, conviene realizarlo en una época u otra. Los dos métodos más habituales para injertar cerezos son el injerto de púa y el de yema. El injerto de púa se realiza entre los meses de enero y marzo, antes de la subida de la savia o a su comienzo. Este tipo de injerto se realiza practicando una incisión en el patrón e insertando en él una o dos púas, o ramas, de la variedad deseada. Cuando el injerto de púa de finales de invierno fracasa, se puede practicar un injerto de yema. Este tipo de injerto se realiza entre la primavera y el otoño. Entonces, la savia fluye por todo el árbol y  corteza puede despegarse fácilmente del árbol. En este método lo que se utiliza para injertar es una yema, que suele agarrar rápidamente y puede desatarse en quince días.

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