El norte de la provincia de Cáceres ubica la principal zona cerecera de Extremadura y una de las más relevantes de España. Se trata del área de demarcación de la Denominación de Origen Protegida Cereza del Jerte. Mucha gente visita la zona durante la Cerecera – recogida de la cereza- o el Cerezo en flor – floración de dos millones de árboles-. Sin embargo, hay muchas más posibilidades de turismo en Cáceres. Os hablamos de algunos de los encantos de la provincia.
Nuestros valles
La zona productora de cerezas, en los valles del Jerte, La Vera y El Ambroz ofrece al visitante paisajes espectaculares. Destacan el conjunto histórico-artístico de Cabezuela del Valle, en el Valle del Jerte; la garganta de los Infiernos, en el mismo enclave, o las cercanas al pueblo de Garganta la Olla, en el vecino Valle de La Vera, que acoge también el Monasterio de Yuste, el Palacio-castillo de los Condes de Oropesa y el Palacio de los Condes de Osorno. En El Ambroz, está Hervás, con su barrio judío, el pueblo monumental de Abadía, con su Palacio de Sotofermoso, o Baños de Sotomayor. Este último es uno de los municipios del Valle del Ambroz con más tradición turística por sus aguas termales y balnearios.
Ciudades monumentales
A la hora de hacer turismo en Cáceres no pueden faltar sus ciudades monumentales. Entre las que destacan la propia Cáceres y Plasencia.
Cáceres fue declarada Patrimonio de la Humanidad en 1986 y acoge una de las muestras de arquitectura civil y religiosa mejor conservadas del Renacimiento español, con edificios de los siglos XIV, XV y XVI. También merecen una especial mención sus murallas árabes o el segundo mayor aljibe del mundo, situado en el interior del Palacio de las Veletas.
En cuanto a Plasencia, ofrece al visitante calles amuralladas que acogen residencias de familias nobles como los Monroy o los Almaraz. La Casa de las Dos Torres o Palacio de Monroy, construida a principios de siglo XIV, es la casa señorial más antigua de la ciudad. Destacan asimismo el Palacio de Almaraz, con una fachada Herreriana, o el Palacio del Marqués de Miravel, construido por los que fueron Duques de Plasencia, Don Álvaro de Zúñiga y Doña Isabel Pimentel en el siglo XV. También el Palacio Municipal, del siglo XVI, el Palacio Episcopal, el Hospital Provincial, la Casa del Deán o las dos catedrales de la ciudad.
Otras paradas obligadas cuando se hace turismo en Cáceres son las también monumentales ciudades de Trujillo, tierra de exploradores que marcharon a América en busca de fama y fortuna, o la ciudad episcopal de Coria. El pueblo de Granadilla, despoblado en la década de los 60 acoge un magnífico conjunto histórico-artístico, el de Brozas, con su también importante patrimonio histórico-artístico, o el de Guadalupe, con su judería e importante patrimonio arquitectónico.
Paisajes naturales
Uno de los paisajes naturales más espectaculares de Extremadura se encuentra en el Parque Nacional de Monfragüe. Desde 2003, reserva de la Biosfera con reconocimiento de la UNESCO y primer espacio natural protegido en Extremadura, amparo que obtuvo en 1979. Este entorno con tres hábitats principales, muestra de la dehesa extremeña y rico en especies animales autóctonas, cuenta además como atractivos con las pinturas rupestres de la Cueva del Arte Rupestre del Castillo de Monfragüe, que datan del 2.500 a.C. También con las ruinas de la Torre del Homenaje del Castillo de Monfragüe, donde se observa una estupenda panorámica del enclave.
La Sierra de Gata o la histórica comarca de Las Hurdes, inmortalizada por Buñuel, son otros puntos de parada obligada cuando se hace turismo en Cáceres.
Ruinas romanas
Sin llegar a Mérida, en la propia provincia de Cáceres pueden encontrarse interesantes ruinas romanas, como el Puente de Alcántara, que data del siglo I y cruza el río Tajo en la localidad del mismo nombre. También la ciudad romana de Cáparra, de origen incierto y famosa por su arco del siglo I d. C.
Asimismo, merecen una parada las ruinas romanas de Augustóbriga, un conjunto arqueológico situado en el municipio de Bohonal de Ibor.