El período de recolección de cerezas en el Valle del Jerte se conoce como Cerecera. Es uno de los momentos más importantes del año, por la trascendencia de este cultivo en la economía local. La primeras cerezas con denominación de origen suelen llegar entre finales de abril y mayo. Unos cuarenta días después de la floración. Las cerezas más tardías son las famosas picotas del Jerte, que se recogen en junio. Dependiendo de la cosecha, pueden estar en el mercado hasta finales de julio.
Cuándo disfrutar de la recolección de cerezas en el Valle del Jerte
En el Valle del Jerte se cultivan más de un centenar de variedades de cerezas. Por ello, se puede decir que desde marzo a julio, la comarca se dedica a la recolección del fruto. Y se muestra abierta a quien quiera vivir este período tan especial.
La Cerecera se acompaña cada año de un calendario de eventos. Normalmente, el programa de actividades se desarrolla entre junio y julio. Entre ellas, la visita a fincas de cultivo y cooperativas envasadoras, para conocer de cerca el proceso de recolección de cerezas en el Valle del Jerte. También son muy esperadas la feria de la cereza y las jornadas gastronómicas de la cereza picota. Estas últimas nos permiten disfrutar de las picotas en los restaurantes locales, en sabrosas recetas.
Un cultivo tradicional, que se recoge a mano
En el Valle del Jerte la cereza se cultiva de modo artesanal, como hace doscientos años. Las fincas son pequeñas y los cerezos se asientan en bancales en las laderas de las montañas del Valle del Jerte.
Nuestras cerezas se recogen a mano. Una a una. Los recolectores las depositan en cestas, las seleccionan en el campo por tamaño y calidad, y las llevan inmediatamente a las cooperativas o empresas envasadoras para su distribución. Allí, reciben un proceso de enfriado rápido con agua, conocido como hidrocooling, y parten a los distintos mercados.
La cereza es una fruta no climatérica, por tanto, una vez recolectada se corta el ciclo de maduración. De ahí, que se recoja en su momento óptimo y se envíe rápidamente a los puntos de venta. Es una fruta que puede llegar del árbol al consumidor en un solo día.
Un legado, que se transmite
En el Valle del Jerte las explotaciones agrarias son de pequeño tamaño. La cereza es un cultivo familiar y las fincas, con sus árboles, se han ido transmitiendo de generación en generación. Existen cerezos en producción con más de cinco décadas. Las familias también han sabido legarse las técnicas de cultivo del campo y de recolección de cerezas en el Valle del Jerte.