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Valdastillas y la garganta de Marta

Os queremos proponer otra visita en el Valle del Jerte: el municipio de Valdastillas. Es un pueblo pequeño, de fuertes pendientes, que acogen cerezos en sus bancales. Uno de sus grandes atractivos es el área de la Garganta Marta, en la que se puede encontrar un merendero, un antiguo lagar y una hermosa cascada. Este punto se encuentra a medio camino entre el pueblo de Valstillas y el vecino de Cabrero.

A la cascada de la Garganta Marta se accede a través de una pasarela de metal, que permite situarse sobre el salto de agua y observarlo en altura.

En el mismo enclave, se encuentra el lagar de aceite del Tío Alicio. Es un edificio tradicional, a pie de río, que la Administración local recuperó en 1992. Entre los años 1900 y 1981, el lagar se destinó a la producción de aceite, empleando el agua para hacer funcionar el mecanismo de prensado. Hoy, acoge un museo etnográfico.

Y esta no es la única cascada de gran belleza en la zona. A tres kilómetros de del pueblo de Valdastillas, en dirección a Piornal, se puede disfrutar de la Cascada del Caozo. Su altura es de unos 30 m y es de fácil acceso.

 

El pueblo y su tradición cerecera

Valdastillas tiene poco más de 300 habitantes y ofrece unas buenas vistas del Valle del Jerte. Sus orígenes se vinculan a la aldea medieval de Ojalvo, ya desparecida. Destacan sus paisajes, en los que los cerezos, sobre bancales, crecen en las laderas de la montaña y se convierten en los protagonistas de todas las vistas. Y, de hecho, el municipio acoge las instalaciones de la Agrupación de Cooperativas del Valle del Jerte, una entidad de segundo nivel, que agrupa otras cooperativas más pequeñas, y la mayor comercializadora de cerezas y otros productos frutícolas de la zona. Además, es una de las empreas inscritas en nuestra Denominación de Origen Protegida Cereza del Jerte.

Por otra parte, Valdastillas cuenta con edificios que dejan al descubierto los tonos rojizos del adobe y el ocre de la madera que sirvieron como materiales de contrucción. Ofrece algunas pinceladas de la arquitectura local serrana, con balconadas corridas entre varias casas contiguas.

Merece la pena acercarse al conocido como lavadero la Charca, en la parte alta del pueblo. En realidad, son ocho zonas de lavado, con sus tajuelas y tablas, donde, tradicionalmente, las mujeres se acercaban con su ropa sucia y jabón casero, para aprovechar las frías aguas que bajaban de la sierra.

La iglesia parroquial de Valdastillas está dedicada a Santa María de Gracia y se erigió en el siglo XVI, con dos retablos de cerámica talaverana. También acoge la ermita del Cristo del Humilladero, un templo pequeño, de mampostería y granito, con portada adintelada. Cuenta con un jardín en el que se ubica un roble del que se dice que es el primero en brotar en el Valle del Jerte. Está a unos 500 metros del pueblo, en  una zona que sirve de mirador al Valle del Jerte. La elevación se conoce como el mirador del Cristo y ofrece un remanso de paz para disfrutar de unas hermosas vistas de cerezos y robles.

 

Piscinas naturales, aguas termales y cerezaterpia

Valdastillas también ofrece a visitantes y locales frescas aguas para refrescarse, como las de la Piscina natural en la Garganta Bohonal.

Valdastillas también acoge el Hotel Balneario Valle del Jerte. En verano, ofrece jardines y piscina para refrescarse, pero también un circuito termal ideal para el invierno. Además, los visitantes pueden aplicarse tratamientos de cerezaterapia.

 

Rutas de senderismo

Como el resto de pueblos del Valle del Jerte, también cuenta con hermosos paseos para disfrutar de la naturaleza, como estos, de los que os hemos hablado en entradas anteriores: