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Un recorrido por los árboles singulares del Valle del Jerte

Además de cerezos, en el Valle del Jerte existe un variado conjunto de árboles, algunos de ellos muy especiales. Los árboles catalogados como árboles singulares de Extremadura destacan por sus características biométricas, sus particularidades o por su interés cultural e histórico. Varios de ellos se encuentran en el Valle del Jerte, como el Roble Grande de La Solana o el Roble del Prado Sancho.

 

En Barrado

En el entorno de la localidad de Barrado se localizan los robledales de La Solana y la Garganta del Obispo, que están entre los mejor conservados de Extremadura. El Roble Grande se encuentra en el paraje conocido como Collado de Paula, en el Monte de la Solana. Se trata de un árbol monumental, de unos 300 años de antigüedad y una altura que ronda los 18 metros, con un perímetro que alcanza los 3,6 metros.

 

En Cabezuela del Valle

El Roble del Prado Sancho, que se encuentra en Cabezuela del Valle, es otro ejemplar destacable, que alcanza los 25 metros de altura.

Junto con la encina, el roble es uno de los árboles en torno a los que existen más tradiciones en Extremadura. Una de ellas es la de “Pasar por el roble”, un ritual curativo propio del Valle del Jerte. Consistía en hendir un tronco de este árbol para hacer pasar por entre las dos mitades a una persona enferma, generalmente un niño. Luego, se unían ambas mitades con cuerdas de modo que el destino del roble y el de la persona enferma quedaban unidos. Si el roble sobrevivía, la persona se curaba.

 

En Valdastillas

Mucho arraigo entre la población local tenía también el Roble Sagrado del Cristo de la Victoria de Valdastillas. Se le atribuían propiedades mágicas hasta que fue derribado por un vendaval en marzo de 1990. Estaba considerado un árbol sagrado y casi inmortal, con la virtud de florecer en invierno, adelantándose un mes al resto de ejemplares de su especie. Se creía también que su leña era incombustible y que si alguien le arrojaba una piedra esta era devuelta.

 

Otros árboles de interés

Además de robles castaños y, por supuesto cerezos, que alcanzan su apogeo durante la floración −cuando más de un millón de estos árboles tiñen de blanco el Valle del Jerte−, por estas tierras pueden localizarse otros árboles que merecen la atención del visitante. El abedul es una especie esporádica en la España mediterránea, pero, en Extremadura, existen unos 500 ejemplares adultos, parte de los cuales se localizan en el Valle del Jerte. También por estas tierras pueden verse tejos, de los que quedan unos 250 en la comunidad extremeña, y alisedas, en las gargantas de Bonal, Nogaledas, Collado de las Yeguas y Buitrea. Igualmente existen fresnedas en el paraje de Coto de Navacebrera, en Casas del Castañar.

Encontraréis más información sobre los árboles singulares de Extremadura en la web de la Junta y en la web de Extremadura Turismo.