Durante l II Guerra Mundial, el wolframio se convirtió en un mineral esencial para la industria militar. España lo exportó fundamentalmente a la Alemania nazi, generando una crisis diplomática con las potencias aliadas, y el Valle del Jerte fue una de las zonas de extracción. Conocido en la comarca como wólfram, esta materia prima supuso uno de los medios de subsistencia de los habitantes de Tornavacas durante el conflicto bélico. Existen varias explotaciones de este tipo en toda la comarca, aunque actualmente lo que puede verse son casi exclusivamente los restos de las excavaciones.
La Ruta PR-CC o de las Minas de Wolframio consituye todo un sendero histórico para apreciar los enclaves en los que se llevó a cabo la explotación del mineral, también conocido como tungsteno. La ruta comienza en la parte alta de Tornavacas, junto a la Fuente de los Mártires. Se asciendo luego por pista y, después, por una estrecha senda hasta llegar a una derivación que no posibilita subir al mirador Monte de la Cruz (dos kilómetros y medio, ida y vuelta).
Desde el punto anterior, la senda cruza un pequeño arroyo y pasa cerca de una antigua prospección, hasta salir al GR 10 para subir al Puerto de Tornavacas. Allí, este sendero histórico del Valle del Jerte, atraviesa la carretera y lleva a una antigua mina: la de Santa Ana, donde se observan los restos del molino-machacadora y las viviendas de los encargados y el escribiente.
De retorno al puerto, hay que bajar por una senda paralela al arroyo Martidegundi, que, tras cruzar la carretara N 110, continúa por un camino cementado que lleva al punto de partida y final de esta ruta por uno de los senderos históricos del Valle del Jerte
Salida y llegada: Tornavacas
Longitud: 12,0 km
Tiempo estimado: 4 horas y 15 minutos.
Dificultad: Media
Desnivel : 630 m