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Salsa de cerezas, una sorpresa en el plato

Las cerezas y picotas del valle del Jerte son un alimento nutritivo y sano que no necesita grandes preparaciones. Un lavado suave es lo único que realmente hace falta para ponerlas en la mesa y disfrutar de ellas, en cualquier momento del día. Pero no es esta, ni mucho menos, la única forma de comerlas. Cuando el paladar pide sorpresas, podemos recurrir a una rica salsa de picotas del Jerte.

Las salsas de picotas del Jerte pueden animar un postre con un relleno dulce, pero sin excesivas calorías. En Cookpad, por ejemplo, podéis encontrar una receta muy sencilla de preparar, una crema que servirá para completar bizcochos y tartas… o simplemente para untar en una tostada de desayuno:

 

INGREDIENTES

16 Picotas del Jerte

5 cucharadas de azúcar moreno

4 cucharadas de agua

2 yemas de huevo

 

ELABORACIÓN

Lo primero es lavar las cerezas y quitarles el hueso. Si os da pereza, existen deshuesadores en el mercado por entre ocho o diez euros, o podéis recurrir a trucos para deshuesar cerezas que hemos comentado en otras entradas. A continuación, se colocan en una cazuela con el azúcar moreno y el agua, y se deja que lleguen a ebullición a fuego muy lento. Es importante tener paciencia para que no se evapore el líquido demasiado rápido.

A continuación, se añaden las dos yemas de huevo y se tritura la mezcla con la batidora, un robot de cocina o con un tenedor. Se corrige el punto de azúcar y ya está lista la salsa de cerezas para usar.

 

Pero no todo van a ser dulces. Aunque a los más conservadores en cuanto a gustos pueda sorprenderles, una salsa de cerezas va estupenda con la carne de cerdo, especialmente con las piezas más jugosas, como el secreto o el solomillo. Os sugerimos, por ejemplo, una receta de presa ibérica con salsa de cerezas del blog  Ni mata ni engorda.

 

INGREDIENTES

1 kg de presa de cerdo ibérico
300 g de Picotas del Jerte
1 vaso de vino tinto
1 vaso de caldo de carne
Harina
Aceite de oliva
Azúcar
Sal

 

ELABORACIÓN

Para preparar la salsa de cerezas, hay que recurrir a un método muy parecido al anterior. Deshuesar las picotas o cerezas y colocarlas en una cazuela junto al vaso de vino tinto y al de caldo de carne. Se añade luego una cucharada de postre de azúcar, y se deja que todo se cocine durante unos 15 minutos, a fuego medio, para que se evapore el alcohol.

Justo antes de retirar del fuego la salsa de cerezas, se añade, poco a poco, una cucharada sopera de harina sin dejar de remover, para darle consistencia. Después se pasa la mezcla por la batidora, se cuela y se reserva.

Es el momento de la carne, con la que no hay que complicarse mucho. Una buena pieza de presa ibérica tiene suficiente con un poco de sal, una gota de aceite y una plancha bien caliente. Se pasa hasta que esté al gusto y se sirve recién hecha, con la salsa de cerezas a parte, para que cada comensal añada la que deseé. Como acompañamiento, unas patatas fritas o asadas completan un plato excelente.

Son solo un par de ideas, que muestran la versatilidad de la salsa de cerezas en la cocina. Con imaginación y un poco de maña, las cerezas y picotas del Jerte puede alegrar gran cantidad de platos.