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Mousse de cerezas con Cerezas del Jerte, un postre sencillo y delicioso

Las posibilidades culinarias de las Cerezas del Jerte son muchas y variadas. Al ser un producto de calidad, enriquece gran cantidad de preparaciones tanto dulces como saladas, con las que cualquiera puede atreverse sin necesidad de ser un experto en la cocina. Un buen ejemplo es la mousse de cerezas, un postre rápido, que no necesita horno, y que conserva las mejores propiedades de las Picotas y Cerezas del Jerte. Podéis prepararlo siguiento esta sencilla receta que os proponemos, una variación de la compartida por Marrón-Glacé en Facilisimo.com:

 

INGREDIENTES

150 g de Cerezas del Jerte
150 gramos de azúcar blanco
200 gramos de de nata
2 yogures de tipo griego
200 gramos de queso crema
30 gramos de leche
4 hojas de gelatinas

 

ELABORACIÓN

El primer paso es lavar las cerezas quitarles el hueso las cerezas. No lleva mucho tiempo con un poco de maña y un cuchillo, pero si lo prefieres, existen deshuesadores a la venta por un precio asequible, y que harán que preparar al mousse de cerezas sea más rápido.

Acto seguido, colocamos las picotas en una cazuela con agua y con el azúcar, y las dejamos cocer unos 30 minutos, a fuego lento, removiendo de cuando en vez para que no se peguen. Importante que el fuego no tenga demasiada potencia, para no estropear la fruta.

Mientras se van haciendo, seguimos con los preparativos. Hidratamos la gelatina en agua fría, según las instrucciones del fabricante, para que coja cuerpo. Montamos también la nata con unas varillas eléctricas y la reservamos en la nevera (o compramos directamente nata montada, si queremos evitarnos complicaciones).

En un bol a parte, mezclamos el queso y el yogur, hasta que tengan una consistencia fina y sin grumos. Solo entonces, añadimos la fruta cocida con azúcar y lo mezclamos todo. Esta será la base de nuestra mousse de cerezas.

Solo quedan ya los últimos toques. Calentamos la leche, sin que llegue a hervir, y disolvemos en ella las hojas de gelatina hidratadas. Removemos hasta que desaparezcan los tropezones y la gelatina sea indistinguible de la leche, y vertemos el resultado con la mezla de cerezas, queso y yogur, empleando un colador para que no se nos pase ningún grumo, que luego estropearía la degustación.

La mousse de cerezas ya está casi lista, solo nos queda añadir la nata montada, cosa que deberemos hacer con cuidado y removiendo constantemente de forma suave, para que la mezla quede uniforme. Si lo hacemos con prisa, la nata se quedará en el fondo y el postre no estará tan rico.

Y ya la tenemos. Repartimos la mousse de cerezas en vasitos (tantos como raciones queramos servir) y la dejamos reposar en la nevera un par de horas para que cuaje. Si queremos, podemos decorar cada vaso con un poco más de nata montada y una cereza entera, para que quede más vistoso, pero no es imprescindible. Lo único obligatorio es ¡comérsela comérsela y disfrutar!