Proteger los frutales de las amenazas externas es indispensable para que tus árboles crezcan fuertes. Las plagas, las aves y las heladas pueden acabar con tu cosecha e incluso con tus árboles. Si has cultivado un cerezo en maceta o en el jardín, ahora debes ocuparte de sus cuidados. Combatir las amenazas es más sencillo y más económico de lo que piensas.
Ahuyentar aves de tu huerto
Los espantapájaros tradicionales o las falsas aves rapaces pueden ser una solución para salir del paso. Pero a largo plazo, las aves se acostumbran y no los detectan como una amenaza. Una buena alternativa para proteger los frutales pueden ser las redes anti-aves, que puedes colocar a tu árbol en época de producción. Cuestan entre 15 y 25 euros, y son muy sencillas de instalar. Además, existen inofensivos repelentes que ahuyentan las aves a través del olor o del tacto. Estos ahuyentadores son muy económicos y su precio oscila entre los 10 o 20 euros. También puedes optar por los ahuyentadores sónicos o ultrasónicos. Permiten combatir diferentes especies, pero que son un poco más caros. Recomendamos, eso sí, que tus remedios sean lo más respetuosos con el medio y la fauna.
Combatir las plagas desde la raíz
Proteger los frutales de las plagas es esencial para mantenerlos saludables. Y las plagas más dañinas son los hongos y bacterias y los insectos. Los hongos y las bacterias no pueden detectarse a simple vista. Por lo que suelen comenzar a tratarse cuando empiezan a aparecer los primeros síntomas. El purín de cola de caballo y ortiga, así como el caldo de ajo pueden ayudar a combatir los hongos de manera ecológica. Si no, puedes tratar los árboles frutales con fungicidas o arrancar las plantas enfermas. En primavera, las flores y los insectos regresan a los árboles, y para proteger los frutales debes combatirlos. Existen un montón de plantas y alimentos naturales que pueden ayudarte, sin necesidad de recurrir a pesticidas o gastarte un dineral en repelentes “eco”.
Las heladas, enemigas de los frutos
Proteger los frutales de las heladas puede ser vital para garantizar la cosecha. Es fundamental elegir bien la especie frutal que vas a plantar y saber si puede adaptarse al clima. También es importante el lugar donde plantarla e intentar resguardarla del frío y del viento. Una técnica habitual para proteger los frutales de las heladas nocturnas es cubrirlos con plástico o lona. Aunque si la superficie cultivada es extensa el coste es elevado. Para ayudar a tus frutales a combatir el frío, también puedes instalar calentadores de combustión en su base. Una alternativa más económica es acolchar las raíces con hojas secas, musgo o plástico para nutrir y proteger los frutales del frío