De los cerezos del Jerte sale siempre una fruta de primera calidad, gran sabor y excelentes propiedades para la salud. Pero no todas las cerezas del Jerte son iguales. En en valle se cultivan más de cien variedades de cerezas, todas ellas deliciosas, pero con muchos matices de sabor, textura y color: ‘Bing’, ‘Bourlat’, ‘Lapins’, ‘California’, ‘Sweet Heart’…
Cada año, el Valle del Jerte produce más de 25 toneladas de todas estas variedades de cerezas. Las primeras, las más tempranas, comienzan a madurar en mayo. Suelen ser cerezas con rabito, las que más habitualmente se ven en los mercados de toda España. En junio, durante todo el mes, se recogen ya las famosas Picotas del Jerte, las variedades de cerezas que pierden el pedúnculo o rabito de forma natural al recolectarlas.
La mayoría de las variedades de cereza son dulces, y suelen consumirse frescas, aunque también pueden servir para repostería, mermeladas y muchas recetas que solemos compartir por esta página. Otros paladares prefieren las cerezas ácidas, a menudo usadas en licores tradicionales. Encontrar y consumir variedades diferentes puede ser una buena actividad si decides visitar y conocer en persona el Valle del Jerte. ¡Pero necesitarás varios viajes para probarlas todas!
Con sello DOP Cereza del Jerte
Ahora bien, solo cinco de estas variedades de cerezas, las más tradicionales, llevan el sello de la Denominación de Origen Protegida Cerezas del Jerte. Tienen en común un tono rojo oscuro, que llega a ser casi púrpura en ocasiones. Su pulpa es firme y crujiente, aunque el color interior puede ser distinto en cada una de las variedades de cerezas: desde el rojo intenso hasta el color amarillento o crema.
Una de las más reconocidas es la picota tipo Ambrunés, con ligera forma de corazón y brillante color rojo. Pulpa que deleita los sentidos con un mordisco crujiente y una dulzura sin igual, debido a que madura tarde y permanece más tiempo en el árbol que otras variedades de cereza.
La segunda variedad de Picota del Jerte en producción es la Pico Colorado. Es la más tardía entre las variedades de cerezas tipo picota del Jerte. Su carne es notablemente dura, lo que ayuda a que conserve sus propiedades durante más tiempo que otras variedades. Por eso resulta especialmente apreciada en las conservas.
Vienen después dos primas hermanas: Pico Negro, con un punto ácido y menos dulzura que otras –aunque no deja de ser deliciosa– y con un color oscuro muy característico, casi púrpura. Y la Pico Limón Negro, una de las variedades de cerezas más antiguas que existen, que no se produce en ningún lugar del mundo fuera del Valle del Jerte.
Pero en la Denominación de Origen Protegido Valle del Jerte también se encuentran variedades de cerezas con pedúnculo, que no entran en la categoría de picotas. Se trata de las Navalinda, tan ricas como sus hermanas.