Refrescante, sabrosa y sana. El consumo de fruta en el verano es una buena opción para hidratar el cuerpo de forma rápida, con un buen aporte de vitaminas, minerales y fibra, y sin añadir grasa. Además, la fruta es un complemento alimenticio estupendo para las actividades de verano, tanto para incluir en la mochila de la playa, como en cualquier ruta turística o actividad de senderismo, por ejemplo. El verano es tiempo de frutas con hueso, las conocidas como drupas, por contener en su interior un hueso duro, y que destacan también de por su sabor y color. En esta entrada os recomendamos cuatro tipos de fruta de verano, con hueso, para que cuidéis vuestra alimentación en la época de calor.
Cerezas y picotas
Las cerezas llegan incluso antes de que comience el verano. La Denominación de Origen Cereza del Jerte certifica cinco variedades de cerezas. La más temprana es la Navalinda, que se recoge del árbol con rabo y es muy sabrosa. Puede consumirse ya en mayo. A partir de junio, llegan las cuatro variedades de picotas del Jerte: Ambrunés, Pico Negro, Pico Limón Negro y Pico Colorado. En general, la cereza tiene infinidad de beneficios para la salud: previene la anemia y las enfermedades cardiovasculares, es beneficiosa ante problemas urinarios e inflamatorios, y es un alimento protector frente al cáncer. Además, las cerezas del Jerte son doblemente saludables, según estudios recientes efectuados por la Universidad de Extremadura (UEX). Las cerezas del Valle del Jerte presentan unos elevados índices de triptófano, serotonina y melatonina, que las convierten en un eficaz potenciador del sistema inmune. El triptófano y la serotonina impulsan la actividad y el buen estado de ánimo durante el día y, por la noche, la hormona melatonina actúa como un excelente favorecedor del sueño, tal y como concluye la investigación realizada por la UEX.
Ciruela
La ciruela es otra fruta con hueso propia de la época estival. Como la cereza, retrasa el envejecimiento, previene el colesterol y ayuda a evitar el estreñimiento. Contiene fibra, potasio, hierro, fósforo
y vitamina E. Y también como en el caso de la cereza, puede encontrarse en el Valle del Jerte, donde la Agrupación de Cooperativas del Valle del Jerte, inscrita en la Denominación de Origen Cereza del Jerte, comercializa estas fruta.
Melocotón
Al igual que la cereza, el melocotón cuenta con propiedades antioxidantes. Esta otra fruta de verano, con hueso, cuenta además con vitaminas A y C y es rica en fibra, propiedades estas también presentes en la cereza. Estos nutrientes están presentes en mayor medida en el melocotón fresco. Los melocotones en almíbar, por el contrario, tienen una proporción menor de la mayor parte de los componentes saludables del melocotón, sobre todo vitamina C y ácido fólico. Sin embargo, el contenido en azúcares libres es el doble cuando se consumen en conserva.
Nectarina
La nectarina es otra fruta que alcanza su estado óptimo en verano. Es una variante del melocotón y, al igual que este y que las cerezas, contiene vitaminas A, y C, y ácido fólico.
Presentan también un elevado contenido en agua, mientras que los hidratos de carbono suponen el segundo nutriente mayoritario. Entre los minerales destaca su aporte de potasio, aunque también presentan otros como magnesio y fósforo.