El Valle del Jerte, donde crecen las Picotas y Cerezas del Jerte, está compuesto por once municipios, rodeados de unos paisajes excepcionales. En una entrada anterior os comentamos algunos de los atractivos de Cabezuela del Valle. En esta ocasión os presentamos otros tres municipios del Valle del Jerte: Barrado, Cabrero y Casas del Castañar.
Barrado es una pequeña población que apenas supera los 500 habitantes. Se encuentra entre el Valle del Jerte y la comarca de La Vera, a casi 800 metros de altitud. Nació como núcleo pastoril y, desde el siglo XVIII, cuenta con título de villa. Ofrece al visitante hermosos paisajes, un ambiente de tranquilidad y una muestra de la arquitectura típica del valle, con casas construidas a base de mapuesto o de adobe y madera. La Iglesia parroquial, la de San Sebastián, es una muestra de estilo Barroco, mientras que la ermita de Nuestra Señora data también del siglo XVIII.
En la vertiente oriental del Valle del Jerte se encuentra Cabrero, con casi 400 habitantes y una arquitectura característica que combina construcciones entramadas de sobresalientes solanas con otras realizadas en mampuesto, y que son una evolución de las llamadas “casas de cabrero” primigenias. En cuanto a la arquitectura religiosa destaca la Iglesia Parroquial de San Miguel, del siglo XVIII.
Los orígenes de Cabrero se remontan al periodo medieval y al pastoreo. Se cree que fueron los cabreros de Piornal los que se asentaron en la zona con sus rebaños, en busca de un clima más benigno.
Casas del Castañar es un municipio típicamente serrano, en el que se producen, además de cerezas, castañas, vino, higos y olivas. También destacan sus frondosos bosques de robles. Se asienta entre calles serpenteantes, que se articulan a partir de una plaza porticada, y curiosas viviendas, algunas con soportales o salientes. Destacan la Iglesia de San Juan Bautista, de estilo renacentista y la ermita del Cristo del Humilladero, del siglo XVIII.