El Consejo Regulador de la Denominación de Origen Protegida Cereza del Jerte ha comenzado la certificación de las cerezas D.O.P. de la Campaña 2024. Pertenecen a la variedad Navalinda, y con ellas se da comienzo a la campaña de este producto autóctono del norte de Extremadura.
El presidente del Consejo Regulador, José Antonio Tierno, explica que la campaña 2024 se afronta “con ganas, con esperanza y con mucha ilusión, máxime después del desastre del año pasado, en el que se perdió la mayor parte de la cosecha después de un episodio de tormentas y lluvias constantes”. Frente a estos resultados, las estimaciones se presentan más positivas para este año. Desde la D.O.P se espera “que la campaña supere a la anterior», explicó. También que sea buena tanto en volumen como en cantidad. «Aunque dependemos de que no haya problemas de climatología adversa”, añadió Tierno.
Por el momento, la certificación de las cerezas D.O.P. de la Campaña 2024, avanza con unos ocho o diez días de adelanto. De acuerdo con el presidente del Consejo Regulador, “no ha encontrado más problemas meteorológicos que los que suelen ser habituales en esta época de primavera». «A pesar de las lluvias de Semana Santa, en plena floración, se calcula una recolección estimada de 400 toneladas de Navalinda, y unas 2.000 o 3.000 de picota”.
La única variedad de cerezas certificada por la DOP Cereza del Jerte
La Navalinda es la única variedad certificada del Valle del Jerte que se recolecta con pedúnculo. Su maduración temprana le hace ser la primera en llegar al mercado. Tras su certificación, la D.O.P procede a continuar con las picotas del Jerte, que se caracterizan por su sabor dulce y porque se desprenden del pedúnculo de forma natural. Así, en el momento de la recolección, este queda prendido del árbol y el fruto se comercializa sin él.
La certificación de las cerezas D.O.P. de la Campaña 2024 pertenecientes al grupo de las picotas comenzará en junio. Existen cuatro variedades certificadas de picotas del Jerte: Pico Limón Negro, Pico Negro, Pico Colorado y Ambrunés. Esta última destaca por ser la que representa un mayor porcentaje de la producción total “aproximadamente un 80% o 90% de la cosecha”, explicó Tierno.
Un cultivo tradicional y sostenible
En el Valle del Jerte se cultivan más de cien variedades de cerezas y picotas. Sin embargo, solo cinco cuentan con el sello de calidad de la D.O.P. Crecen entre montañas y su cultivo se desempeña de manera natural. Además, la recolección se realiza de forma tradicional para respetar la delicadeza del producto. Todo este trabajo, llevado a cabo de una forma familiar, se convierte
en garantía de un sabor único. La Certificación de las cerezas D.O.P. de la Campaña 2024 reconoce este esfuerzo y calidad. Y también garantiza el origen del producto mediante el sello DOP.
Su dulzor, forma acorazonada y textura crujiente las distinguen como un producto estrella de los meses de verano que, además, cuenta con un alto contenido en vitaminas A y C, oligoelementos como el hierro o el calcio, flavonoides como el potasio y otros muchos nutrientes. Convirtiéndolas así en una opción tan saludable como sabrosa.
Tras una rigurosa selección y un exhaustivo control de calidad, y tras el proceso de certificación de la Campaña 2024, solo las mejores cerezas se identifican con el sello de la Denominación de Origen “Cereza del Jerte”. De esta forma, se garantiza la máxima calidad que acoge la Denominación de Origen Protegida Cereza del Jerte y que es fácilmente distinguible gracias a la contraetiqueta ubicada en las cajas de cerezas y picotas que llegan a los mercados, procedentes del Valle del Jerte.
La certificación de las cerezas D.O.P. de la Campaña 2024 se prolongará a lo largo del mes de mayo.