Aunque la fruta está muy presente en la dieta mediterránea, cuesta llegar a las recomendaciones de la Organización Mundial de la Salud (OMS) de consumir 400 gramos diarios (mejor si son 600). Ponemos escusas como la falta de tiempo, lo rápido que se estropean este tipo de alimentos frescos o la pereza a la hora de pelar la fruta. Y, sin embargo los beneficios para la salud de la fruta, cerezas incluidas, son innumerables. Os hablamos de algunas.
Mucha agua
Distintos tipos de fruta se encuentran entre os alimentos que aportan más agua, ya que, de hecho, entre el 75 y el 95% de su peso es agua. Un ejemplo: la sandía o el melón pueden aportar al cuerpo hasta un 25% del agua que necesita.
Vitaminas y minerales
En la fruta se encuentran presentes una gran cantidad de vitaminas: hidrosolubles, como la vitamina C, el ácido fólico y pequeñas cantidades de otras vitaminas del grupo B (B1, B2, B3 y B6), y, liposolubles, como los compuestos carotenoides (principalmente, ß-caroteno) y las vitaminas K y E. Entre los minerales destacan el potasio, el magnesio y, en menor cantidad, el calcio, el hierro y el fósforo. ¿Quieres saber cuáles de ellos están presentes en la cereza? Te invitamos a consultar otra entrada de este blog titulada “La Picota del Jerte ayuda a tu salud”
Fibra
La fruta también contiene fibra, sobre todo de tipo soluble, por lo que además de regular el tránsito intestinal, ralentiza el vaciamiento gástrico, produciendo una sensación de saciedad y evitando la absorción muy rápida de la glucosa. Por eso se recomienda el consumo de fruta para controlar el peso o para los problemas de colesterol.
Todo ello nos ayuda a…
Llevar una dieta equilibrada. La fruta contiene una gran cantidad de micronutrientes, que proporciona junto con muy pocas calorías.
Prevención de enfermedades. La fruta es beneficiosa frente a la aterosclerosis y previene el cáncer, además de reducir los niveles de glucosa y colesterol o favorecer el cuidado de la piel, entre otras muchas ventajas.