La cereza es uno de los principales motores económicos del Valle del Jerte. Durante muchos años, las mujeres han desempeñado un rol fundamental en la producción y comercialización del fruto. Y aún hoy siguen siendo, sobre todo, las encargadas de la labor de clasificación de las cerezas y picotas del Jerte en la finca de cultivo, para su posterior distribución y comercialización.
El trabajo de clasificación en finca
En la finca de cultivo, las mujeres descartan aquellas cerezas manchadas por causa de la lluvia u otras incidencias climatológicas. También las que están picoteadas por los pájaros o tienen alguna otra tara que impide su comercialización. Además, se encargan de clasificar, por sus características y calibre, las cerezas destinadas a la venta. Esta tarea manual sigue haciéndose hoy día de modo muy similar a hace 80 años. Sin embargo, las condiciones de vida de la mujer en el Valle del Jerte tienen poco que ver con las de aquella época.
Un libro sobre las mujeres de las cerezas
Xaro Rincón, delegada de la Fundación Inquietarte en Extremadura, acaba de presentar un libro homenaje a las mujeres cereceras del Valle del Jerte: Las mujeres de las cerezas. Un total de 24 mujeres del Valle del Jerte, de entre 64 y 100 años y que han vivido entre la Guerra Civil y la actualidad, dan testimonio de la historia de la comarca, sus tradiciones, su cotidaneidad, sus trabajos y las distintas etapas vividas durante la Guerra Civil y la posguerra en el libro de Rincón.
Durante un año, la autora de Las mujeres de las cerezas recorrió los pueblos del Valle del Jerte recogiendo el testimonio de estas mujeres, ahora plasmado en el libro. Con profundas raíces familiares en el Valle del Jerte, Xaro Rincón, que conoce bien la comarca, ofrece un documento etnográfico sobre la vida de la mujer rural en una de las épocas más duras de la España del siglo XX.
Durante la reciente presentación del libro en Plasencia, la autora definió a las protagonistas de Las mujeres de las cerezas como un “ejemplo de vida y superación”.