Picota del Jerte: Un sabor extremeño que cruza fronteras

Cada año más del 70% de la producción de Picotas del Jerte, que se cultivan en los Valles del Jerte, La Vera y El Ambroz, cruza las fronteras españolas para llegar a países como Reino Unido, Dinamarca, Alemania o Holanda, principales mercados de exportación de esta cereza genuinamente extremeña. La Picota del Jerte es una cereza de calidad superior, muy demandada fuera de nuestras fronteras por su sabor. Un sabor extremeño al que recientemente el programa “Marca España”, de Radio Exterior, ha dedicado un espacio.

La Picota del Jerte es la cereza más demandada fuera de España. Emilio Sánchez, presidente de la Agrupación de Cooperativas del Valle del Jerte, que agrupa a 16 cooperativas, intervino en el programa para hablar de estas exportaciones y de la calidad del producto.

“Cuando hablamos de picota, hablamos de cuatro variedades de cereza, con cualidades especiales” – Pico Negro, Pico Limón Negro, Pico Colorado y Ambrunés – y cuya calidad certifica el Consejo Regulador de la Denominación de Origen Cereza del Jerte, explicó. También añadió que dos de las características que hacen especiales a las Picotas del Jerte son sus propiedades nutricionales y vitaminas, y el hecho de que maduren durante más tiempo al sol. Son cerezas de verano, que comienzan a comercializarse a partir del mes de julio y únicamente durante un mes, de ahí que se reconozca como un sabor extremeño único.

En el programa “Marca España”, el presidente de la Agrupación de Cooperativas del Valle del Jerte destacó que dos facetas que integra la Picota del Jerte es la recogida y cultivo tradicional del fruto y la alta innovación de las empresas procesadores y empaquetadoras, como la propia organización que dirige, que innova de manera continúa.

También destacó los elementos diferenciadores de la Picota del Jerte: cruje en boca, es más pequeña que otras cerezas y no lleva rabo porque este se queda prendido en el árbol. Cuando el consumidor se encuentra cerezas de gran calibre sin rabo, está ante falsas picotas, aclaró. La Picota del Jerte, al quedarse el pedúnculo en el árbol, puede aguantar hasta diez días fresca, mientras que las cerezas desrabadas manualmente se pudren antes, ya que al quitárseles el rabo artificialmente, se genera una herida en la fruta.

El procesado y calibrado de la Picota del Jerte se hace por agua, con un enfriado que ayuda a que se conserve durante más tiempo y que se aplica en este tipo de cereza exclusivamente, que posteriormente se envasa en distintos tamaños de tarrinas o cajas, añadió.

Además, este sabor extremeño no sólo se puede encontrar en fruta en fresco. La Picota del Jerte también se emplea en otros productos, como los bombones Ferrero Rocher, a los que van las picotas más pequeñas.

A continuación compartimos un enlace al programa donde econtraréis integra la entrevista con Emilio Sánchez, a partir del minuto cuatro.