Los amantes de la naturaleza cuenta en la Reserva Natural de la Garganta de los Infiernos con un paisaje natural de excepción, que no deberían perderse. Este espacio se ubica en un enclave cuya altura varía de 600 a 2.000 metros y en el que pueden encontrarse tres asociaciones vegetales: bosque caducifolio, ribera de piornales serranos y pastizales alpinos, tal y como se explica en el Centro de Interpretación de la Reserva Natural.
Bosque caducifolio
La especie principal es el roble melojo, cuyas hojas se secan y caen al final de la estación fría. También pueden encontrarse espinos o majuelos, madroños, escobas y el rusco. En el sotobosque de robles, abundan los helechos de distintas especies. También hay arenaria, lechetrezna o orquídeas. Existen igualmente dos árboles cuyo fruto es aprovechado por los habitantes de la zona: el cerezo, principal fuente de riqueza en la comarca, y el castaño, que aporta materia al humus del suelo y del que se aprovechan madera y fruto.
Bosque de ribera
Junto a los cursos del agua se localizan aquellas especies que necesitan abundante humedad. Las tres especies principales son el aliso, el fresno y el sauce; también especies caducifolias que pierden la hoja con la llegada del otoño. En este grupo de plantas pueden encontrarse otras especies menos comunes, que constituyen auténticas reliquias botánicas de la zona. Es el caso del tejo, el acebo y el abedul, del que quedan escasos ejemplares en la Reserva. Precisamente la presencia limitada de estas especies hace que esté prohibida la recolección de sus frutos o llevarse ramas.
Piornales serranos
Este paisaje aparece en aquellas zonas en las que las condiciones de suelo y clima impiden la presencia de árboles. Son matorrales adaptados a estas difíciles condiciones climáticas. El piorno es la especie más común, aunque hay también cambriones, enebro rastrero y codeso alpino.
Pastizales alpinos
El alpe o cervuno domina las cumbres serranas, especialmente en la Garganta de la Serrá. Lo acompañan otras especies como las gencianas, vedegambre y azafrán serrano. También pueden encontrarse brezo de bonal y la insectivora drosera o rosolí.
Por último, en la zona existen endemismos gredenses o del Sistema Central.