Buscar
Cerrar este cuadro de búsqueda.

EL Valle del Jerte y el agua: sus cascadas y gargantas (I)

Además de las cerezas, otra gran riqueza del Valle del Jerte es el agua. Tan saludables son los frutos, como el entorno. Desde el nacimiento del río Jerte a la Garganta de los Infiernos pueden encontrarse numerosas cascadas, gargantas y arroyos de excepcional belleza. Y, aunque la Garganta de los Infiernos es el de más caudal e importancia, el Valle del Jerte cuenta con entre seis y ocho gargantas destacables. Esta es la primera de dos entradas sobre ellas. En el vídeo de Canal Extremadura al final de la entrada podréis apreciar los paisajes en detalle y encontrar más información. También os recomendamos, junto con la obligada visita el propio Valle del Jerte, navegar por la web de Extremadura Virtual, donde encontraréis recorridos por las gargantas.

Garganta Los Papuos Foto: Floren Carrero
Garganta Los Papuos
Foto: Floren Carrero

La Garganta de San Martín se encuentra en la parte más alta del Valle del Jerte, a los pies de la Peña Negra y bajando desde el Puerto de Tornavacas. Sus inmediaciones constituyen el hábitat natural de la cabra montés. Bajando desde el Puerto de Tornavacas y, en la vertiente opuesta a esta garganta, puede apreciarse otra, la Garganta de Beceda, también en el municipio de Tornavacas.

Valle abajo, siguiendo el curso del río y más cercana al pueblo de Jerte, se encuentra la Garganta de Los Papuos. Esta es una importante zona de producción de castaños madereros y también de pastoreo, una tradición con más presencia en el pasado. En realidad hoy las gargantas son un espacio que disfrutan sobre todo caminantes y senderistas. También son frecuentes los deportes de aventuras, como el barranquismo.

La Garganta de la Serrá tiene un origen glaciar. En la era Cuaternaria este paraje estaba enterrado entre hielo y nieve, y fruto de la transformación que sufrió son las acumulaciones rocosas de la zona, denominadas morreras. Con esta garganta confluye la de los Asperones, entre Tornavacas y Jerte, para dar lugar a la Garganta de los Tres Cerros, donde se encuentra el puente de Carlos V, bautizado así por ser punto de paso en el viaje del emperador hacia su retiro en el Monasterio de Yuste, y destacado enclave de pesca.

Las gargantas de La Serrá y los Asperones, junto a la Garganta del Collado de las Yeguas, junto con otras, vierten agua a la Garganta de los Infiernos, que recibe también el agua procedente de los deshielos y cuenta con un generoso caudal, mayor incluso que el del río Jerte. La Garganta de los Infiernos origina otro destacado espectáculo natural conocido como El chorreo de «El manto de la Virgen» y acoge sus afamados Pilones, unas pozas naturales donde en verano es posible pegarse un chapuzón.