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Conservas de cerezas. Aprende a preservar tu fruta

Las cerezas del Jerte tienen su punto de esplendor en verano, entre los meses de mayo y junio. Es en el fin de la primavera y el inicio del verano cuando maduran y muestran todo su sabor y propiedades. Pero si no quieres quedarte con las ganas de comerlas el resto del año, puedes recurrir a las conservas de cerezas. Una opción fácil es probar las Picotinas que elabora la Agrupación de Cooperativas Valle del Jerte. Y en alguna ocasión ya explicamos como conservarlas en aguardiente para elaborar el famoso licor Kirsch. Pero existen otras posibilidades.

A continuación, os explicamos como elaborar una conserva de cerezas al Madeira. Para ello, adaptamos una idea compartida por la usuaria Cuqui en la web de Cookpad.

INGREDIENTES
Un kilo de cerezas del Jerte
Media naranja. Aprovecharemos la cáscara y el zumo
Un vaso de vino Madeira (100 ml)
Una rama de canela
5 semillas de cardamomo
3 cucharadas de miel
Bolsas de congelar

El primer paso es exprimir el zumo de la media naranja en una olla. Podemos hacerlo directamente con la mano, pues basta con cubrir un poco el fondo del recipiente. A continuación, con la ayuda de un cuchillo, retiramos la piel –sin la parte blanca, que amargaría la mezcla– .

Seguimos con las cerezas. Las lavamos bien y les quitamos el hueso. Sale bien con paciencia y un golpe de cuchillo, y mejor aún con la ayuda de un deshuesador.

Las vamos poniendo en la olla donde ya está el zumo de naranja, junto a la canela, el vaso de vino madeira, las semillas de cardamomo, la miel y la piel de la naranja. Es importante que la olla sea amplia, para que las cerezas queden lo más cubiertas posible por el líquido, para que se empapen de su sabor.

Encendemos el fuego al máximo hasta que la mezla hierva. Entonces la bajamos a fuego medio para que no se quemen nuestras conservas de cerezas. La mantenemos durante 20 minutos aproximadamente, hasta que las frutas estén blandas pero no deshechas.

Lo dejamos enfríar, y lo vamos metiendo en bolsitas para congelar, tantas como raciones queramos hacer. Y después metemos en el congelador estas conservas de cerezas, listas para sacarlas cuando nos hagan falta. Pueden comerse solas, como postre o aperitivo, o pueden servir como acompañamiento de tartas, helados, carnes… Lo que te pida el gusto.

Si el Madeira se te hace muy fuerte, puedes cambiarlo por Jerez o vino de Porto para una versión más golosa. Igualmente, si las semillas de cardamomo son demasiado raras para tu lista de ingredientes, es posible sustituirlas por gengibre, o suprimirlas de la receta. Que disfrutes de tus conservas de cerezas caseras.