Más de 150 personas acudieron, invitados por el Consejo Regulador de la Denominación de Origen Protegida Cereza del Jerte y el Horno de San Onofre, al Mercado de San Miguel para degustar dos versiones diferentes de helado de Picota del Jerte, sorbete elaborado con agua y el helado realizado con leche.
Daniel Guerrero, dueño y maestro pastelero del Horno de San Onofre, animó a los clientes que acudieron a la degustación a probar las dos versiones del helado de Picota del Jerte. “Por su intenso sabor y esos trocitos de Picota es muy agradable al paladar y da sensación de producto natural y de calidad”, añadió.
La directora de la Denominación de Origen Protegida Cereza del Jerte, Pilar Díez, ha subrayado que “nuestro objetivo es que el consumidor conozca las posibilidades que la Cereza del Jerte tiene, además de cómo fruta fresca, para la elaboración de helados u otros postres”.
Durante toda la jornada, los asistentes al espacio que el Horno de San Onofre tiene en tan emblemático mercado madrileño, pudieron disfrutar del sorbete y helado de Picota del Jerte. Con este acto, la Denominación de Origen Protegida pretende fomentar y divulgar el consumo de la Picota del Jerte. Además, durante toda la temporada de verano, el Horno de San Onofre mantendrá en su carta el helado y sorbete de Picota del Jerte
Daniel Guerrero
Hijo de padre pastelero, entró como aprendiz a los 14 años en ‘Delicatesen’, donde el pastelero chocolatero señor Bonet le enseñó las artes del oficio. Con el paso de los años, Daniel Guerrero se quedó con el traspaso de una pastelería que se convirtió en el ‘Horno de San Onofre’.
La Tarta de Santiago, las Filloas y unas buenas materias primas hicieron que el Horno San Onofre funcionara hasta la actualidad.
Horno de San Onofre
En Horno San Onofre tradición pastelera y modernidad se dan la mano para crear panes y dulces que son referencia en Madrid. En 1972 abrió sus puertas el primer Horno San Onofre, en la madrileña calle del mismo nombre. Después se inauguró el Horno La Santiaguesa y a continuación La Tahona después de percibir que en Madrid había cierta demanda de pan artesano, ofreciendo una amplia gama de panes. Se siguen abriendo locales y así hoy podemos acercarnos a un pequeño Horno situado en la Calle Hernani y un suculento Gourmet al amparo de la calle San Onofre.