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Características del cerezo y sus usos. Fruto, madera y decoración

En esta entrada te hablamos de las características del cerezo. Bien por su sabroso fruto, por su preciada madera o su belleza, el cerezo es un árbol que se cultiva en numerosos países. Aunque el origen se sitúa en los mares Negro y Caspio y en Asia Menor, una de las características del cerezo es su facilidad de adaptación, que ha permitido que se disemine por muchos regiones de climas templados en todo el hemisferio norte. De este modo, es frecuente encontrar alrededor del mundo, desde Canadá a Japón, campos y valles de cerezos, que se cubren de mantos de flores blancas con la llegada de la primavera.

El cerezo es de la familia de las rosáceas, de la que forman parte la mayor parte de los árboles frutales, como el manzano, el peral o el membrillo. Además, el cerezo es del género prunus, al igual que el melocotonero y el almendro. Entre las características físicas del cerezo destacan su corteza rojiza y sus hojas simples, ovaladas y de color verde brillante. Este es un árbol de hoja caduca, de hecho, estas brotan después de la floración, que suele comenzar con la primavera, aunque depende del clima. Las flores del cerezo son de color blanco o rosado, constan de 5 pétalos y suelen medir alrededor de los 3 centímetros.

Otra de las características del cerezo es su longevidad, esta especie puede llegar a vivir más de cien años en buenas condiciones climáticas, y su crecimiento es relativamente rápido en comparación con otras especies, como el madroño o el tejo. Además de cultivado por el hombre, el cerezo también crece en los bosques de suelos húmedos, fundamentalmente en Centroeuropa. De hecho, la madera del cerezo forestal de Europa es de las más valoradas.

 

Usos del cerezo

El principal uso del cerezo es la recolección de su sabroso fruto, la cereza. Cada año, se producen dos millones de toneladas de cerezas en todo el mundo. Existen muchas variedades de cerezas y, entre ellas, destaca la Picota del Valle del Jerte, muy apreciada por su sabor y que se distingue por su color rojo oscuro y por no tener rabito. Sin embargo, no solo la carne de la cereza se puede aprovechar, y es que los huesos de cereza son una fuente de energía renovable respetuosa con el medio ambiente.

Por su parte, la madera del cerezo es una de las más apreciadas en Europa. Entre otras cosas, se utiliza para revestir muebles de alta gama y se emplea en ebanistería y en la fabricación de instrumentos musicales. Además, es dura, resistente y flexible; sin embargo, no se aconseja su utilización en exteriores ya que se puede oscurecer. Su color es pardo rosado y con el tiempo se vuelve rojizo.

Asimismo, tanto la cereza como el cerezo se puede utilizar con fines medicinales, ya que posee propiedades diuréticas, es decir, estimula la eliminación de orina. Del mismo modo, los pedúnculos de las cerezas tienen propiedades antirreumáticas y la función emanagoga de las flores del cerezo puede aliviar los dolores del síndrome premenstrual.

Por último, por su belleza, el cerezo también se emplea como árbol ornamental, tanto en jardines de viviendas como en zonas públicas. Sus flores blancas inundan las ramas anunciando la llegada de la primavera, el buen tiempo, y propiciando actividades al aire libre como los hanami en Japón o la Fiesta del Cerezo en Flor en el Valle del Jerte.