La picota del Jerte es un alimento rico y sano. Tiene ocho vitaminas, potasio, calcio, sodio y magnesio. Entre las vitaminas presentes en este fruto se encuentra la vitamina A, conocida también como Retinol o Antixeroftálmica. También está presente en vegetales que contengan betacarotenos, moléculas que actúan como provitaminas, dando lugar a dos moléculas de vitamina A en el intestino. La vitamina A es esencial ara la formación de la la púrpura visual en la retina, que permite ver en la oscuridad. Pero, además de conservar la visión nocturna, ayuda al organismo de múltiples maneras. Te presentamos algunos de los beneficios para la salud de las picotas del Jerte, a través de la vitamina A.
Funciones de la vitamina A
Entre otras, podemos destacar:
- Formación y mantenimiento de huesos y dientes.
- Ayuda a mantener la piel y el cabello sano
- Protege los tejidos de los aparatos respirartorio, digestivo y urinario.
- Conserva la visión nocturna.
- Ayuda a liberar la energía de los nutrientes.
- Estimula la producción de hormonas.
- Ayuda a la salud bucal.
Además de estas funciones, la vitamina A, al ser una fuente alimentaria de carotenoide, ayuda a prevenir enfermedades como el cáncer. Y también actúa como antioxidante. Esto se debe a que el betacaroteno es un antioxidante, que protege las células del daño causado por los conocidos como radicales libres, sustancias que se cree que contribuyen al desarrollo de algunas dolencias crónicas e intervienen en los procesos de envejecimiento.
La vitamina A en exceso puede ocasionar también trastornos, mientras que su insuficiencia se asocia a enfermedades infecciosas y problemas de visión. La mejor manera de tener un consumo equilibrado de vitamina A es mediante una dieta también equilibrada y variada, en la que se incluyan vegetales u otros alimentos con vitamina A y que cumpla con las recomendaciones de consumo de los organismos sanitarios especializados en nutrición.
Además de en las cerezas, la vitamina A está presente en vegetales como zanahorias, albaricoques, boniatos, patatas dulces, espinacas, brécol, melón, etc., o en otros productos como huevos, alimentos de origen lácteo e hígados de peces u otros animales.