Desde 1986, la Agrupación de Cooperativas del Valle del Jerte comercializa el licor Kirsch, 100% natural y elaborado a partir de cerezas tipo picota. Recientemente acaba de ser reconocido por la Asociación de Periodistas y Escritores del Vino (AEPEV), como el mejor espirituoso de 2013.
El aguardiente Kirsch, de 42º y que tradicionalmente se sirve muy frío y se toma en pequeños tragos después de las comidas, se presentó en en el I Salón del Gourmet, en Madrid, y cuenta con una gran salida comercial, también en los mercados internacionales, según reconocen sus productores. Desde 1991, se elabora a gran escala en la destilería de la Agrupación de Cooperativas del Valle del Jerte, que comercializa también cerezas y picotas del Jerte certificadas por esta denominación.
Para la elaboración del aguardiente de cerezas emplean aquellas picotas que no tienen salida comercial debido a algún defecto. Son cerezas perfectamente comestibles, pero que o bien son muy pequeñas para su venta al público o bien contienen alguna rajadura o picada de pájaro que afecta a su presentación.
Tras realizar el proceso de selección de cerezas, la Agrupación de Cooperativas del Valle del Jerte introduce aquellas incluidas en la categoría de “destríos”, con hueso, en una estrujadora. La rotura de la fracción del hueso es lo que confiere al Kirsch el aroma y el sabor que lo caracterizan. A continuación se realiza un proceso de fermentación, con levaduras locales, seleccionadas y cultivadas previamente, y que dura entre 25 y 30 días. Este proceso permite obtener un vino de cereza de baja graduación.
Para separar aromas y alcohol, a continuación se lleva a cabo una labor de destilación artesanal, mediante calor indirecto y, posteriormente, se envejece el aguardiente durante al menos un año, para rebajar la concentración de alcohol a 42º. El producto final es 100% natural, puesto que durante el proceso no se añade ningún tipo de conservante, estabilizante o químico.
Según su nota de cata, es un licor de“sabor marcado, suave al paladar, con un profundo retrogusto, propio de las extraordinarias cerezas del Valle del Jerte. Suave a la entrada, seco y lleno en boca, y equilibrado. En la vía retronasal su huella es persistente no resultando ardiente al paladar lo que permite adivinar un estricto proceso de destilación”.
Además del aguardiente Kirsch, la Agrupación de Cooperativas del Valle del Jerte elabora otras bebidas espirituosas a base de productos locales, como la ciruela, la frambuesa y la pera, y un licor de cerezas, que, como el Kirsch suele consumirse después de las comidas y es muy popular en el Valle del Jerte.