La cereza del Jerte, por su contenido en flavonoides y potasio, tiene un alto poder diurético y depurativo. Entre las propiedades diuréticas de la cereza se encuentra la eliminación de líquidos, que ayuda a perder peso, sin riesgo de desequilibrio mineral.

Además, a las propiedades diuréticas de la cereza se suma su capacidad de atenuar la sensación de hambre, lo que facilita también los procesos de adelgazamiento. Y, por último, sus ácidos naturales actúan como estimulantes de las glándulas digestivas, mientras que su contenido en pectina –fibra vegetal soluble- tiene a su vez un efecto laxante.

Por otra parte, esta fruta es beneficiosa frente a los problemas urinarios. Gracias a las propiedades diuréticas de la cereza y su poder depurativo, esta fruta ayuda a los pacientes con inflamación, infecciones o cálculos en las vías urinarias.

Asimismo, las cerezas con tallo, como la variedad Navalinda, la única con rabito de entre las que engloba la Denominación de Origen Protegida Cereza del Jerte, tienen un mayor efecto diurético, ya que el pedúnculo actúa como diurético natural.

Para beneficarse de las propiedades diuréticas de la cereza a través de sus tallos, estos pueden tomarse en infusión o en polvo. La ingesta del pedúndulo de la cereza se asocia a un aumento leve del volumen de orina.

Contrariamente, para aquellas personas que ya consumen fármacos diuréticos, las cerezas ayudan a controlar la hipertensión arterial, ya que estos medicamentos pueden producir una mayor eliminación de potasio a través de la orina. El déficit de potasio puede producir debilidad de los músculos, taquicardia, sed y falta de apetito. Las cerezas, junto con otras frutas como el plátano, el melón, la uva o los albaricoques, se encuentran entre las frutas que aportan una mayor carga de potasio.